En el cotidiano vivir podemos percibir la complejidad de las relaciones humanas, que nos son tan necesarias y que nosotros mismos como sociedad hemos determinado y limitado, nos hemos jodido solos "la maldita vida". El afán que tiene el "hombre" de hacer que lo simple sea complejo. Como la simpleza de amar, que ha sido enmarañada por generaciones, dando tema al teatro, desde sus orígenes, al cine y telenovelas. Ha llenado de falsos estereotipos tanto a hombres como a mujeres.
Mujeres que desde niñas crecieron al alero de cuentos de Hadas que prometían historias con final feliz, a pesar del padecer y de la vida inactiva de la bella princesa que espera quietamente, pues se supone que aparecerá el principe encantado. Hoy se manifiestan las hijas de Don Walt Disney que amablemente, difundió estos cuentos que penetraron nuestros cerebros sin filtrar, alojándose en nuestro corazón, en nuestras entrañas, en nuestros deseos más ocultos, puesto que por más que lo neguemos -quizás sin mentir- lo llevamos dentro: el estereotipo de relación y de hombre, esperando que el encantado varón cumpla con nuestras expectativas, es decir, con las expectativas que se nos han inculcado, ya que el gran anhelo debiera ser sólo ser feliz, disfrutar del hombre que nos conquistó, pero en vez de vivir, vivir en plenitud la relación, cuestionamos y el principe encantado nos parece más bien desencantado, pero por la carencia de ese encanto con el cual se nos embaucó. ¿Me habrán contado los mismos cuentos? ¿Comencemos a contar renovados cuentos?
10 comentarios:
tú y yo es claro que somos hijas de ese mismo don!!! jaja... por qué consumimos la vida en ese maldito vicio de esperar lo que sabemos no llegará jamás!???
se nos va la vida!!! y aun esperamos en el castillo, como si todavía fuésemos las encantadas castigadas de la bruja... pero lejos de esa ficción, nuestro castigo es la ficción más triste que hemos heredado!!!
si te contara todo lo que pasó hoy... necesitaremos más de un mojito... y unas cuántas caipirinhas...
cuántas veces fuiste al cine de pequeña?? jaja...
a mí me llevaron demasiado!!!!
Quizás son los cuentos tb una expresión de un anhelo femenino milenario y no un modelo.
Creo que tb es una gran culpa de los hombres que no sabemos ponernos los pantalones.
¡Que bueno que si existe al menos un Principe Amado! Todos los demás somos pobres imitaciones redimidas.
Todo un aprendizaje Yuly lo que dices..dejarse de utopíasES RE IMPORTANTE.....Creo que lo mejor es dejarse amar por Él....el bello Principe Amado....y no hay más...
abracitos,
Aún quiero ser princesa y ser parte de un cuento...estaré loca???????
Por que dices que soy yo?? A mi me parece que no....Waltcito fue mentira para mi desde los 5 años...so...Creo que es todo lo contrario, simplemente no creo en nada o ¿¿creo en NADA??
Bonitos pensamientos que cobran realidad por siempre y ¡qué es la vida sin esos sueños infantiles!, aunque suframos. Difícilmente podremos erradicarlos si nos sirven de excusa para evitar ser felices. Tarea difícil que colocas al final: contar renovados cuentos. Pero tendrá que hacerse la lucha -digo yo. saludos julianna.
ya po... actualiza
:S no sé si pueda decir que soy hija porque todas esas películas las conocí después, de hecho las ví de grandes, porque cuando chica incluso ni me contaban historias de aquellas, era porque como compartía la pieza con mi hermano, mi madre nos contaba cuentos a ambos y el que más recuerdo es el del patito feo jaja. Y no sé, el sueño del principe, como que siempre me alegro en alma de una manera innata, además que alguien se la juegue por ti, le da un algo completamente diferente cuando se trata de 2. Y como dice mi principe amado jaja, a muchos hombres, como que se les olvido parece ponerse los pantalones, dejen fluir el principe interior.
july necesito tu telefono llamame o escribe
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